domingo, 11 de febrero de 2018

Ley natural en Boyera resguardo de Cumbal parte 3

Memoria Histórica Boyera 3



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Manuel Jesús Tarapues exgobernador: Bueno, en primer lugar, un saludo especial, para la autoridad del honorable cabildo de Cumbal, señores regidores, señoras regidoras, gobernadores, exregidores, y comunidad en general, a los compañeros visitantes de la hermana república de Ecuador, para todo un cordial saludo. 


Pues, después de esto, llegaremos a contar algunos puntos, de las consecuencias y resultados que ha habido dentro de las recuperaciones, a donde esta, hasta mi alcance, pues les agradezco que me llame la atención como comunero, de todos los exgobernadores, de los que se ha luchado, más que todo entiendo en la recuperación de este territorio de aquí de la Boyera, les agradezco a los que se hayan acordado de esto, y por otro lado, pues dar a conocer de que esto es importante, y más que todo para la juventud. Los alumnos de este plantel educativo ojalá le pongan atención como se ha sufrido, como se ha dado estos debates, y sus problemas para poder reclamar nuestro territorio, a beneficio de calmar la necesidad del hambre de nuestras comunidades indígenas; como alguien dijo hace rato, si no hubiera habido estas recuperaciones, de pronto estuviéramos poblados en las otras veredas y no tuviéramos para donde movernos, pero gracias a estos acuerdos que ha habido, se ha logrado recuperar este territorio allá donde aflojaron las veredas centrales, y nos estemos aposentado, a esta tierra que se llama la Boyera, y se reconoció por vereda Boyera, pues, compañeros, la lucha ha sido dura, grande y de sufrimiento, los que saben, saben de nuestros sufrimientos, pero los que no, de pronto no nos paran ni bolas, pues le pido la atención como la vereda Boyera la gente joven, ya que en ellos va a existir el futuro, nosotros como viejos, ya nos desapareceremos de aquí de este terruño, y de pronto no quedarán ni los recuerdos, todos estarán en el olvido, pero esto se ha hecho dando gracias a algunos compañeros que nos hemos preocupado, por tener, o de pronto concebir estas tierras, porque en primer lugar, que quede claro, suficiente claro compañeros, que este territorio y a donde nos encontramos, no pertenecía al cabildo de Cumbal compañeros, esto le pertenecía al cabildo de Panan, para los que no lo saben, esto es más que todo que hubo ese grande acuerdo, entre las dos comunidades, me recuerdo gracias al señor exsenador, Efrén Tarapues, siendo mi persona, todavía muy joven, que mi residencia era en la vereda Cuetial, me hiso la invitación de que acompañara a unas reuniones a Pasto, a donde se conformaba un grupo de concursantes, a un curso de esta entidad Acnur, Usuarios Campesinos de Colombia, al andar uno en esas vueltas con los amigos de Panan, con los amigos de Chiles, y con muchos compañeros, de aquí de las veredas de Cumbal, del resguardo de Cumbal, pues, parecíamos que íbamos a tener buenos resultados, en estas cuestiones que hacíamos y aquí está el compañero Eli Valenzuela, el que está presente y con él, éramos compañeros de lucha desde ese momento hasta el momento estamos aquí presentes. 


Pasó que, en un viaje que nosotros hacíamos a Chachagüí, a tener un curso muy avanzado y nos reunimos allá con todos los compañeros de Panan, Chiles, Mayasquer, y paso de que, había una plata que la depositaron de parte de las naciones exteriores, esto pues, para mantenimiento y sostenimiento de la lucha de dicha organización, y entonces, nos despacharon a Juan David Torres para allá para que retirara esa plata, para el sostenimiento como le digo de la dicha organización, y al momento en que nosotros estábamos allá, en muestras de datos, hubo la razón de que este señor recibió la plata y se perdió, y allá, no supimos para donde se fue, con todo el poquísimo de plata, que era para el sostenimiento, como le digo de dicha organización, hasta ahí, llegó la lucha de los campesinos de Colombia, entonces, que pensábamos entre todos los compañeros que estábamos ahí, haciéndonos de antes, que también pienso para mí, dicho de las comunidades, del campesino colombiano eran unas necesidades que habían, en nuestro Cumbal y demás vecinos municipios, pero nos pusimos a contar eso ¿Qué hacemos?, ya no había más recursos, hasta ahí llegábamos, y que se acabó esa lucha, y que es lo que vamos a hacer, inclusive nos encontramos con los compañeros de Panan, y nos pusimos a conversar, y ellos nos dijeron, que, que, pensábamos nosotros, nosotros dijimos pues, pensamos en seguir adelante, porque era, antesito de la recuperación que siguió del Llano de Piedras, ellos sugirieron ver eso, de que nosotros que pensábamos en ese instante, nosotros habíamos contestado de que, como tenemos nuestro cabildo en lucha, nos vamos a entrar a colaborar, en todo lo que sea posible con el cabildo de indígenas del gran Cumbal, así lo hicimos, venimos, y seguimos charlando con los amigos de Panan, y nos llamaron la atención, los compañeros de Panan dijeron, señores de Cumbal, les queremos hacer una propuesta a ustedes, nosotros les dijimos, y como así la propuesta, la propuesta es de que ustedes tienen el título constitutivo, que anteriormente lo logró decir el doctor Leonidas, o sea, la escritura Nro 228, la cual, encerraba todo el territorio, lo que es el gran Cumbal, encerraba, Cumbal, Panan, Chiles y Mayasquer, es un territorio bastante extenso, que de aquí, llegaba hasta la costa a delimitar, con el pueblo de Barbacoas, con los indígenas de Santa María de Barbacoas, ahí llegan los linderos, entonces, que pasó, de que, Panan, Chiles, Mayasquer, ellos, fueron dependiéndose en el tiempo anterior, del cabildo del gran Cumbal, eran regidores de Panan, otro de Chiles y otro de Mayasquer, y incluían sus misiones en la misma oficina de Cumbal, pero para atender a las reuniones, eso era como, digamos, alta insuficiencia por la lejanía, y era para venir todos los domingos, entonces de Mayasquer a pie, a Cumbal era muy pesado, no podían atender a las reuniones, entonces, que pasó, conversando entre los tres, dijeron, porque no solicitamos al cabildo de Cumbal, que se nos aparte, que se nos críe nuestros pequeños resguardos, el uno en Panan, el otro en Chiles y el otro en Mayasquer, ellos hablaron, reunieron toda la gente, que siempre le interesaba esta cuestión y a veces, hablaron con el cabildo desde ese entonces, el cabildo les cedió, dijo que estaban de acuerdo, de crearle su pequeño resguardo según dice la historia, a tales y tales resguardos de Panan, Chiles y Mayasquer.


Bueno, en todo eso, se apartaron, pero no tenían el arma especial que era la escritura, el título 228, porque ellos carecían de esa escritura, entonces, ellos se verían de nosotros, de que para que les ayudáramos a conseguir, la copia de la escritura número 228 para ellos seguir también, recuperando sus derechos, recuperando las tierras en cada uno de los pequeños resguardos ya nombrados, nosotros aceptamos, y dijimos que el cargo nuestro era, pedirle al honorable cabildo de Cumbal, de que les hagan el favor de les dieran una copia de la escritura 228, cuando eso siendo gobernador, el finado Artemio Alpala, nosotros fuimos a solicitarle la copia, de la escritura número 228, él nos denegó, dijo, que nosotros guaguas, muchachos, que no sabemos nada, que, que vamos a hacer con el título, pues, nosotros le conversamos de todas maneras, que así era nuestros tratos que queríamos hacer con los cabildos de Panan, Chiles y Mayasquer, entonces, nosotros le expusimos, también nuestra planteo, a cambio de eso, ustedes que nos dan, para nosotros conseguir ese título, para cederles la copia a ustedes, les dijimos, ellos dijeron, que, que necesitábamos nosotros, les dijimos, si nos dan pues, la participación de la tierra, nosotros, con mucho gusto nos preocupamos en ese trabajo, y como les digo, el cabildo se denegó y no, nos dio la copia del título, la cual, nosotros tuvimos que hablar, con los compañeros solidarios que colaboraron en ese tiempo, muchos amigos de Pasto, de Cali, de Popayán y hasta de Bogotá, ellos nos hablaban y nos dirigían mejor dicho, entonces, lo pudimos haber conseguido ese título y les entregamos a los compañeros de Panan, pero fue, por el trato de que ellos nos daban participación a la tierra de acá, ellos eran los dueños, porque, Panan se limitaban en el río Blanco, que todos ustedes lo conocen, del Salado para arriba, partía por el río también, esa era la división con los compañeros de Panan, todo esto dependía a Panan.


Pero bueno, así fue la idea, que decidimos, los que decidimos éramos poquitos, éramos, si acaso, de Cuetial, éramos unos 15, más no eran, vino don Efrén Tarapues, don Abraham Tarapues, mi persona, y no más, éramos casi solos los que, nosotros pues, discutíamos en eso, por tanto, se dijo y se hiso un acta, de que esa se dejó en el cabildo, pero no sé, si exista hasta ahora, porque hasta hoy se perdieron de los archivos de la oficina nuestra de Cumbal, eso se hiso el arreglo y se hiso así, entonces, nosotros avisábamos a algunos compañeros, y decían, que como íbamos a venir a meter acá a Panan, cuando eso no nos pertenece, eso pertenecía al cabildo de Panan, y nosotros decíamos que, si nos vamos allá, porque teníamos compromisos serios con el cabildo de Panan, así se hiso, subimos conversando más cerca, más cerca, y se ofreció, la conversa con los compañeros de Chiles porque en Tufiño era que entramos a una hacienda en Chiles, llamada la Palma, así se hiso el tratado, así se avisó a los amigos de Cumbal, de Cumbal fuimos como unos 18 compañeros, con el fin de salir a la recuperación de la hacienda la Palma en Chiles, pero teníamos que pasar por donde los amigos de Panan, ahí, cuando nosotros llegamos, porque salíamos de noche de Cuetial y llegábamos de noche a Panan, que no nos mire la gente enemiga que teníamos, terratenientes de nosotros, había mucha persecución de los líderes, y entonces nosotros teníamos que andar muy aparte de los enemigos, para cuidarnos.


Ese fue nuestro problema, de pronto, salimos y llegamos a Panan, cuando ya llegamos a Panan, habían estado reunidos ya los Chilenos de algunos de Mayasquer en Panan, cambio el programa, dijeron que no vamos a tomar la decisión a las Palmas, si no es que teníamos que entrar a la finca el Laurel, que era dueño el INCORA y estaba creada una empresa comunitaria que hasta ahora existe la parte del Laurel, entonces, ese día ya fue mejor para nosotros porque nos quedaba más cerca, entramos a las 4:00 de la mañana, al Laurel, aquí, por este lado ¿Cómo es que se llama aquí?, la Libertad, ahí, nos entramos, estuvimos por 3 días, por 3 días estuvimos como tranquilos, pero después de los 3 días, llegó primeramente la policía ya al desalojo como siempre, bueno, nosotros pues, nos hicimos a cargo la parada no nos pudo sacar, pero inmediatamente llamaron al ejército, ahí si nos echaron, entonces, los compañeros de Panan, los compañeros de Chiles, ellos se fueron para Panan, y nosotros, los pocos que estábamos, nos venimos para acá para Cumbal, pues, traíamos ese pesar de que de pronto no pudimos hacer nada, pero que, no perdíamos las esperanzas, veníamos en conversa, de que, ¿qué haremos?, de aquí en adelante, con este problema que se queda así.


A los pocos días, nos encontramos otra vez, con los amigos de Panan y dijeron que eso no se iba a quedar ahí, que, inmediatamente organicemos la gente y vamos más con fuerza la gente de Cumbal que llevemos el respaldo porque de todas maneras nos iban a dar participación en la tierra, el aviso pues, a los amigos más de confianza porque, entonces, en ese tiempo, había mucha inseguridad para para la gente que estaba haciendo ese trabajo, a cuidarnos del enemigo, porque cuando eso, el terrateniente pagaba a los pájaros* a sueldo, y hacía matar a los jefes que estaban metidos en esa lucha, por lo tanto, pues, nos volvimos a organizar, y ahí sí, ya la gente de Cumbal ya fue llegando más con fuerza, volvimos otra vez a hacer la entrada, entonces, que pasó, los mismos dirigentes dijimos ya no vamos al lado de allá de Panan, hagamos nuestros ranchos del lado de aquí del Laurel, entonces, se han de acordar algunos compañeros, que hicimos un pliego desde arriba, limitando con la Victoria y venimos acá, la fila de los ranchos, ahí estuvimos, cuando era, la, digamos, el cuidado nuestro, para cuidarnos del enemigo que en ese tiempo, en ese caso, era la policía y el ejército, y los mismos terratenientes, nosotros estábamos del lado de acá, y Panan del lado de allá, entonces, la estrategia nuestra era de que cuando la policía entraba a sacarlos a Panan, nosotros estábamos firmes del lado de acá, y cuando ellos venían a sacarnos de nuestro lado, ellos tenían que volver a entrar del lado de allá de Panan (en medio hay un pequeño río y una cuenca que hace difícil el acceso de un lado al otro), entonces, se ubicaron ya los ranchos, ya seguimos trabajando y nos sosteníamos, la policía venía y nos sacaba hasta buena parte, y de por ahí nos regresábamos, porque volvían sacando a los de Panan, mientras tanto, dele nosotros a trabajar, habían arado toda esa planada del Laurel, estaba arado, y nosotros picábamos eso para sembrar papa, otros sembraban trigo, cebada, maíz, bueno de todo. 


Eso se le sembró toda esa arada, y ahí estábamos, ahí, ahí, les quedó grande a la policía y al ejército, no nos pudo sacar porque así hicimos la cuestión, así, ha sido el problema de la recuperación del Laurel, porque la primera finca fue recuperada el Laurel, únicamente. Paso el tiempo, el tiempo fue pasando y que es que vamos a hacer, quien es que nos va a titular, quien es que va a ser la devolución al cabildo de Cumbal, y al cabildo de Panan, pues, el INCORA (Instituto Colombiano de Reforma Agraria hoy INCODER) a la final era el gobierno, ustedes saben, que el INCORA es una institución del gobierno y ahí se representa el gobierno, nosotros la pelea era contra el gobierno, pero ya teníamos nuestros papeles en mano, ¿con qué nos vamos a defender?, había muchos comentarios de que como fue la historia de la sacada de la gente de nuestros mayores, no ve que esa tierra los sacaron de acaballo y con perros, y como la dejaron la tierra negra, allá vivían algunos y hasta ahora estaban por allá por esas codilleras, entonces, pero era que los sacaron.


Bueno de todas maneras, pues, se hacían los debates, los alegatos ya contra el INCORA, nosotros viajábamos a Pasto a charlar con el INCORA, entonces, cuando eso, ya entramos una, digamos un poco de gente, al cabildo de Cumbal, fue una tarde que llegamos allá a la casa del señor gobernador, y estuvieron, el señor gobernador, el presidente y todos los regidores, para hacer un diálogo con el cabildo de Panan, y el cabildo de Chiles, entonces, ellos nos atendieron allí, y a la hora que nos íbamos a hacer una reunión grande, porque no alcanzó la gente allí, se dijo que se tuviera la escuela de niños, a bajo en el pueblo de Cumbal, para hacerse la reunión más extensa para que pueda la gente entre y entre y se haga el conversatorio.


Así fue, pero entonces, los señores empleados, del cabildo de Cumbal, se nos querían volar, cosa que nosotros los tuvimos que llevar a unos pocos, es, a la fuerza, si es posible tirado de la mano, para que vayan a presenciar allá al conversatorio donde se hiso el arreglo, allá se hiso el arreglo, de la partición de la tierra, entonces dijeron que, el lado de acá quedaba para Cumbal y el lado de allá quedaba para Panan.


Bueno, pasó el tiempo, pero el INCORA, seguía allí (sin querer dar los títulos), tanto que fue, pues fue a los, a lo que entramos, al Laurel en la primera entrada fue en 1979, como digo, siendo gobernador don Artemio Alpala, entonces, pasa de que, paso ese año, y vino el 81 (1981), fue gobernador Alonso Valenzuela, estuvimos año entero en la pelea con el INCORA, pero el INCORA no era capaz de ceder, el INCORA hacer la entrega, formal y material o devolver tan si quiera el territorio al INCORA. 


En el año de 1982, entre, digamos ya mi persona como gobernador, del cabildo de Cumbal, seguimos el proceso a final de este año, porque nosotros salimos a Bogotá, inclusive allá en Bogotá nos colaboraron los de la Universidad de Colombia (Universidad Nacional de Colombia) e hicimos un desfile allá, grande, nos hospedamos en el palacio presidencial de la república, y allá se hiso el, mejor dicho la propuesta, entonces, se dio los resultados de que el INCORA necesariamente va a ser la entrega a las comunidades indígenas de los de aquí de Cumbal, pero a título honoroso, ¿Qué quería decir, ser título honoroso?, compañeros con nosotros hablábamos y pensábamos que este título honoroso, es que quiere decir que se entrega esa tierra, buscábamos en algunos diccionarios y como cierto, pues, la gente de escasa escuela, de escasos conocimientos, de escasa educación, no se podía buscar esa palabra y quería decir de título honoroso, bueno, que por ahí hallábamos en un diccionario, eso era una deuda que daba a crédito la adquisición de tierra y donde quiera para todo el que quería, entrar a esa finca, tenía que pagar con el tiempo al INCORA, y que nosotros que no exigimos en Bogotá ante el gobierno nacional y de allá, mandó a que el INCORA hiciera la entrega de la parte del Laurel, a las comunidades indígenas a sus usos y costumbres, entonces hiso la entrega en el año 83 (1983) y todo eso, y se terminó en el año 83 (1983) siendo gobernador, el gobernador de Cuaspud, que fue don Hernando Tipaz, entregó, hiso las partes y se entregaron los documentos de esa tierra, entonces, mientras tanto, las luchas eran grandes, decíamos estamos en esta lucha del Laurel, empecemos por la lucha de la finca de Boyera, entonces se hiso la entrada aquí a Boyera, y mientras tanto salía la otra.


Bueno, aquí si fue la pelea grande, que algunos compañeros, que eran compañeros sufrieran en carne propia aquí hubo un encarcelamiento de gente, porque la primer entrada fue, aquí en esta parte, un 12 de octubre, cabalmente, y cuando eso, llegaron mucha gente a la cárcel, por cierto, como 20 compañeros que se llevaron de pananes y cumbales a la cárcel de Ipiales, de todas maneras, así, sufriendo y peleando, en ese tiempo se les sacó a los compañeros presos, y cuando eso si era fregada la cosa porque el gobierno dictó un estatuto de seguridad, el estatutos de seguridad, que cuando eso si era grande, porque cuando lo agarraban a uno esos estatutos lo mandaban a la cárcel, ya hicieron acá en alto, pero de todas maneras, nosotros teníamos nosotros un abogado, nosotros del cabildo, cuando había un abogado que educo, ese abogado, es un abogado de clase, no recuerdo como se llamaba, era directamente de Bogotá, y el doctor Chávez, él fue el último que ayudo a pelear, hacer los trabajos, acá en Nariño.


Bueno, todo eso, la lucha se dio, entonces, se presentó el gran terrateniente ese, el Araujo, había armamento en demasía para matar a los indios de Cumbal, entrábamos y nos sacaban, de pronto, otra vez detenidos, ahí pues, yo era regidor en el 85 (1985), ahí, fue a la cárcel hasta mi persona, también fuimos 16 compañeros que estuvimos en la cárcel, pero entramos a la cárcel en Cumbal, no nos hacíamos llevar ni a Ipiales ni a Pasto, ni a ninguna cosa, bueno, nosotros ahí estábamos nos entraban a visitar toda la gente, la gente pues, preguntaba, que como era el trato, bueno, nosotros les dábamos los resultados y de acuerdo a que estaba haciendo el gobernador, para la comunidad, la comunidad era la que repartía en ese tiempo, no nos dejaban, un día solos, unos nos venían a visitar y los otros, a ver, los asuntos de ley, a ver con los papeles, la pelea de la tierra. 


Bueno, paso ese tiempo y no había, ninguna, ninguna decisión de los predios de este territorio, de pronto, de pronto yo me encontré, en la oficina del cabildo, cuando eso, era la oficina acá, al lado del cementerio y me encontré a este joven Rafael Taimal, hijo de don Miguel Taimal, recién venido como tres días del ejército, y me llamó la atención a mí, porque cuando eso el gobernador Alonso Valenzuela, pero a él no lo llamó, porque era de llamarlo al gobernador, pero él me llamó a mí, dijo vea don Manuel, aquí pasa lo siguiente, es de veras, usted sabe lo definitivo de que este señor, tiene armamento allá en el campamento porque esto se llamaba el campamento (hacienda la Boyera), pues yo había hablado con un mayordomo que había allá, que era don Virgilio Canacuán, así en confianza, porque éramos amigos, así desde la escuela, entonces, yo por ahí lo encontré, y nos tomamos un trago, y le pregunté que si era verdad de que, don Araujo tenía armamento y mucha munición, él dijo, a vos no más te converso, es cierto, ese tiene, artísimas de estas carabinas 16 (calibre 16), tiene como 16 o 18 carabinas, tiene revólveres y tiene 2 metralletas, pues esa era la información, entonces el compañero Rafael recién venido del cuartel, eso si es cierto dijo, y nos vamos al ejército, yo traigo al ejército para hacerle el allanamiento para sacarle toda ese armamento, así fue, yo le dije, le aseguro hermanito, le dije, cuando vino el ejército, halló todo ese armamento ahí, eso fue la derrota del terrateniente, porque se decidió al instante como traficante de armas, entonces, como él era de allá del Ecuador no pudo más pisar Colombia, allí fue donde lo pudimos haber dominado, y, él se tuvo que perder de aquí, porque el denuncio le seguía, entonces de allá, mandaba la propuesta de oferta voluntaria al INCORA, así fue por ejemplo, él, dueño de esta recuperación pues, que le digo compañeros, yo sé, este asunto debe estar es rápido, si es que hay paciencia, yo quiero pedir perdón a los demás compañeros líderes que fueron en ese tiempo como, Elí Valenzuela, Gilberto Peregüeza, don Diomedes Paguay, que si mientras descansa el uno, que alargue el otro, o siga la charla otro, si es posible, o si no, o si no se cansan ustedes, y ni cansamos a nadie, pues, seguiríamos parlando. Ahí vea Honorable Cabildo, que, que es lo que piensan ustedes.



Pai por su interés.